"Esto nos hizo alertarnos de la importancia de que se difunda lo dañino que es este producto, que no tiene ningún beneficio para la salud y que es un veneno para el organismo humano.
En 2010, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios emitió una alerta ordenó la retirada del mercado de todos los productos denominados MMS así como el cierre de las webs que lo promocionaban. Esta alerta sigue estando vigente. El resto de los principales organismos sanitarios del mundo también se han pronunciado advirtiendo de los riesgos de tomar el MMS.
Este oligoelemento, que se encuentra sobre todo en el queso parmesano, el pan y las ostras, puede garantizar el transporte de dióxido de carbono en la sangre y el mantenimiento del equilibrio ácido-foundation del organismo.
La respuesta de Piovano es basic: "Porque la sustancia no está autorizada para uso en seres humanos, justamente por ser perjudicial".
Primero, se observa que cierta parte de estos relatos pueden ser explicados por el “efecto placebo”
de determinar de la eficacia de la ingestión dióxido de cloro por vía oral para tratar a un grupo de
» Y el health care provider Claudi Mans, catedrático de la Universidad de Barcelona, señala que las cantidades que se usan para potabilizar el agua son bastante menores a las que se recomiendan para curar enfermedades. Esas cantidades recomendadas con el MMS son tóxicas para las células del organismo pudiendo llegar a provocar la muerte. Añade que, claro que la cantidad que se recomienda de la sustancia tóxica mata bacterias pero que también mata células sanas.
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El dióxido de cloro se agrega al agua potable para proteger a la gente de los efectos nocivos de bacterias y otros microorganismos.
A diferencia de otros químicos, no genera compuestos como el cloroformo, el bromodiclorometano, el dibromoclorometano y el bromoformo al entrar en contacto con los agentes contaminantes del agua.
Los niños expuestos a grandes cantidades de dióxido de cloro o clorito probablemente serán afectados de la misma forma que los adultos.
“Es necesario saber que no se deben seguir tratamientos que no tengan una foundation o sustentación médica para que sea aplicado y se muestre que sea efectivo. Cuando alguien va a recibir tratamiento para el coronavirus, debe firmar aunque sea, un consentimiento donde autorice este tipo de tratamientos, no obstante, se debe preguntar al médico qué procedimiento se piensa hacer y cuáles son sus efectos o consecuencias.
En conclusión, la venta de formulaciones concentradas de derivados del dióxido de cloro con fines terapéuticos se ha visto incrementada durante la pandemia de la COVID-19, a pesar de no tener aprobación por las autoridades sanitarias ni evidencia que la respalde.
De manera que no es ningún juego si no una cosa seria de la que hemos de tener conciencia para no tomarlo aunque “pseudomédicos” defiendan su ingesta.